MORIN-SELVA I




VII

LAS 112 REGLAS DE MORIN-SELVA


Para la redacción de esta parte he seguido a las obras de Selva y Hiéroz. La traducción y notas de Francisco Aguilar (Astrología, No. 43) me han resultado  insatisfactorias en numerosos puntos. Dr. Spicasc


REGLAS DE INTERPRETACIÓN DEL TEMA ASTROLÓGICO FORMULADAS   POR 
MORIN   DE  VILLEFRANCHE

Para mayor abundamiento y con el objeto de facilitar la tarea  de quienes se apliquen al estudio y a la aplicación práctica de las concepciones morinianas transcribimos aquí ciento doce principios y aforismos que resultan sin duda de gran utilidad e interés.  Ellos fueron reunidos por Henri SELVA como resumen-anexo a su obra sobre MORIN. Hemos agregado comentarios o aclaraciones cuando lo hemos juzgado necesario en aras de una mayor claridad. 

1 - Todo planeta produce efectos específicos diferentes en cada una de las casas astrológicas.  Igualmente ocurre con los signos zodiacales y  con las estrellas fijas.  

2- En una misma casa astrológica dada, cada planeta produce efectos diferentes. Igualmente vale esto para cada signo zodiacal y para cada estrella. 

3- Un mismo planeta dado  produce determinados efectos por su conjunción con un planeta, otros diferentes por su oposición, otros por su trígono, otros por su cuadratura, etc.

4 - Un aspecto de igual forma (vale decir: el mismo aspecto), señala efectos diferentes según que él provenga de un planeta o de otro.

5 - Un mismo planeta produce efectos de especie diferente según que él astro sea señor de una casa astrológica o de otra.

6- Un lugar del Primer Cielo que en el tema natal de un individuo ha sido ocupado por un planeta cualquiera dado, manifiesta su actividad en el sentido de las propiedades de este planeta con respecto a este individuo durante toda la vida de este.  Simultáneamente si él mismo lugar ha sido ocupado en la natividad de otro individuo por otro planeta cualquiera, él es activo en el sentido de las propiedades de este otro planeta con respecto a este otro individuo durante toda la vida de este segundo nativo.
Así tenemos que un mismo lugar del primer cielo puede simultáneamente constituir el Horóscopo (Ascendente) en la natividad de un individuo y ejercer así su acción sobre la vida y constitución de este sujeto y, en la natividad de otro, encontrarse sobre la cúspide de otra casa y obrar así sobre este otro sujeto en el sentido de las significaciones propias de esta otra casa.
Esto que está dicho aquí del cuerpo de los planetas, debe aplicarse también a sus aspectos.

7- Todo agente celeste obra solamente según la naturaleza y la fuerza que le son propios.

8 - La extensión de los efectos particulares que puede producir un agente celeste con respecto a un individuo dado, está determinada por la capacidad de este sujeto de recibir la impresión y de reaccionar bajo esta impresión.

9-Un mismo agente celeste produce, en las mismas condiciones, siempre los mismos efectos sobre un mismo sujeto.

10- Cada casa astrológica difiere por sus propiedades de toda otra casa astrológica.

11 - Todo planeta difiere de los otros por su naturaleza, o al menos por las propiedades activas de su influencia.

12- Todos los signos zodiacales difieren entre ellos ya por su naturaleza elemental, ya por las propiedades activas de su influencia, o por las dos a la vez.

13- Los diferentes aspectos de un mismo planeta difieren entre ellos por las propiedades o por su potencia.

14-Todas las estrellas fijas no poseen la misma naturaleza ni las mismas propiedades.

15- Las diversas actividades astrales se combinan en el sujeto sobre el cual ellas vienen a operar.

16 - Un mismo planeta, actuando conjuntamente con un mismo signo zodiacal, produce siempre los mismos efectos específicos, tanto sobre el plano elemental como sobre el de las influencias.

17- Dos planetas no pueden producir cada uno los mismos efectos en el tema natal de un individuo, ni tomados separadamente, ni por su combinación.

18-Un mismo planeta puede producir, por su influencia, efectos diversos sobre un mismo asunto.

19- Ningún planeta produce, por su influencia, los mismos efectos sobre  s asuntos de diferente especie, ni tampoco sobre numerosos asuntos de igual especie.

20-Cuando un planeta está situado fuera de su propia casa celeste, el produce una cosa en razón de su posición en la casa astrológica que él ocupa  y otra cosa distinta en razón de la casa astrológica en la cual él domina.

21- Un planeta significa solamente una cosa en tanto que él la efectúa.

22 - Todo planeta opera siempre conjuntamente con el signo zodiacal en el cual él se encuentra.

23 - Todo signo zodiacal opera siempre bajo la dependencia de la naturaleza y del estado celeste de su señor, pero no siempre en razón de la determinación local de éste.

24 - Todo planeta obra siempre bajo la dependencia de la naturaleza y el estado celeste de su señor (dispositor); más frecuentemente, el opera también en razón del estado terrestre de este último: en fin, y en cierta medida, él actúa todavía bajo la dependencia de su "señor secundario" (dispositor del dispositor).

25 - Se debe definir en primer lugar el ESTADO CELESTE de un planeta como regulando la cualidad de sus efectos; pero  su ESTADO TERRESTRE decide de la categoría de estos .  El estado celeste comprende como elemento invariable la naturaleza esencial del planeta propuesto y como elementos variables  la naturaleza del signo zodiacal en el que se halla ubicado, la naturaleza y e1 estado de su Señor y la cualidad de los aspectos que él recibe.

El estado terrestre de un planeta consiste en su posición con respecto al horizonte del lugar de nacimiento (vale decir, en la Esfera Local o Sistema de Casas); él se expresa por la ubicación en una u otra casa astrológica.

26 - Todo planeta en estado celeste favorable es considerado como benéfico en cualquier casa del tema que é1 se encuentre. Sin embargo, Saturno y Marte, aún en estado celeste favorable, pero en casa astrológica funesta (VI, VIII y XII, parcialmente VII), producen efectos perniciosos.

Por el contrario todo planeta en estado celeste desfavorable, en cualquier casa astrológica que el se encuentre, actúa como maléfico.  Esta última circunstancia acentúa todavía más el poder maligno de planetas por naturaleza maléficos.
Todo planeta en estado celeste mediocre tiende al promedio entre un benéfico y un maléfico.

La acción benéfica de planetas benéficos por naturaleza y por estado celeste  se manifiesta por la producción directa del bien cuándo ellos están en casas felices y por la supresión del mal en casas infelices.

La acción maléfica por naturaleza y por estado se manifiesta por la producción directa del mal en casas infelices y por la supresión del bien en casa felices.

27-   Un planeta está determinado hacia una significación particular  por posición (x), por sus dignidades esenciales, por sus aspectos y sus antiscios y por sus conexiones con los otros cuerpos celestes, por medio de su dominación o regencia, de sus aspectos y de sus antiscios.
(X)   Esta determinante puramente local se aplica también a los otros cuerpos celestes (estrellas y cometas) y a los signos del zodíaco.

Las analogías naturales de los planetas sólo representan una determinante enteramente general y no podrían constituir nada de particular; sin embargo, cuando estas analogías concuerdan con una determinación particular accidental, ellas las confirman.  En el caso contrario, ellas ni las invalidan ni las contrabalancean enteramente.

Los elementos de determinación que encierra la conexión de un planeta con otro son dos: 1) la naturaleza y las analogías de este planeta, 2) la determinación particular que caracteriza a éste en el tema en consideración.

28- La posición corporal (presencia) constituye de todas las determinantes la más potente; y después vienen la dominación (regencia) y los aspectos.

29- Desde el punto de vista del efecto de los cuerpos celestes tal cual este resulta de su determinación particular, hay cuatro puntos para observar: 1) éste puede realizar el objeto de esta determinación; 2) puede impedir que se produzca; 3) una vez realizada, destruirla nuevamente; 4) hacer que su realización devenga para el sujeto una fuente de dicha o de desdicha.

30- La posición o dominación de un planeta en una casa astrológica solo designa a primera vista una categoría de cosas o de accidentes que pueden tocar o no al sujeto; pero a priori y por sí misma ellas solo presagian la realización de estas cosas.  Su realización efectiva - o lo contrario- depende de la naturaleza del planeta que se encuentra en la casa donde se presenta, o de la de su señor, y de su estado celeste: estos mismos elementos deciden, llegado el caso, de la cualidad y de la naturaleza de las cosas a producirse.

31- Cuando una casa astrológica presentada no está ocupada por ningún planeta, se juzga de la realización o no y de la cualidad de las cosas significadas esencialmente por esta casa según la naturaleza y el estado de su señor.

32- Es de observar, sin embargo, que el Ascendente tiene una significación más fuerte con respecto a la vida y a la constitución de la persona del sujeto que su Señor, si éste está ausente de la Casa I; los aspectos que recibe el Ascendente mismo son en este caso más potentes que los que recibe su Señor.  La misma observación se aplica al Medio Cielo.

33 - Cuando un solo planeta ocupa corporalmente una casa astrológica, éste es quien decide principalmente de la realización o no y de la cualidad de las cosas y accidentes significados por esta casa; con todo eso, su señor participa tambien de esto.

34 - Todo planeta que posee por sí mismo una analogía con las significaciones de la casa que él ocupa (o en la cual domina) realiza las cosas o accidentes así significados, sea en bien, sea en mal, según la concordancia de su estado celeste o la contrariedad que él experimenta. Si sus analogías propias son contrarias a las significaciones de la casa, ello impide o traba en mayor o menor grado la realización o destruye de nuevo lo que ella ha producido primero, o se torna una fuente de infortunio.

35 - Un planeta de naturaleza benéfica y de estado celeste favorable, encontrándose en casa I, II, III, IV, V, VI, VII, IX, X y XI (que constituyen las casas denominadas felices) realiza las ventajas significadas por la casa que el ocupa corporalmente.
Aquí es necesario observar siempre si y cómo la naturaleza y el estado celeste del planeta concuerda con las significaciones de la casa.

36 - Un planeta benéfico por naturaleza, situado en una casa astrológica feliz, pero contrariado en su accionar por la naturaleza del signo zodiacal bajo el cual se encuentra, o afligido por malos aspectos, no realiza las ventajas significadas por la casa  o al menos rodea esta realización de dificultades, o hace emplear malos medios, o limita la adquisición a una cantidad pequeña o de mala cualidad, o la vuelve poco durable e inútil la mayoría de las veces.

37- Un planeta benéfico por naturaleza pero en estado celeste mediocre y en casa feliz, presagia la realización de las cosas significadas por la casa con más certidumbre que si él se halla mal dispuesto, pero esta realización es igualmente mediocre desde el punto de vista tanto de la cualidad y de la cantidad como de la duración de las cosas.

38 - Un maléfico por naturaleza en mal estado celeste y en casa astrológica feliz, no realizará las ventajas significadas por esta casa, sino más bien, sólo impedirá que ellas se produzcan; y si ellas se producen a pesar de todo, él hará de su adquisición una fuente de infortunio.

39- Un planeta maléfico por naturaleza pero en estado celeste favorable y en casa astrológica feliz  realizará el bien significado por esta casa; esto a condición, sin embargo, de no verse contrariado por    los planetas que presenten una analogía con estas significaciones.  Pero aún sin esta circunstancia, él maléfico sólo puede producir siempre las ventajas de modo imperfecto o las hace adquirir por medios reprensibles, o con dificultad, o agrega una desgracia luego de que se produzcan las ventajas o como consecuencia de estas.

40- Un planeta maléfico por naturaleza en estado celeste mediocre y en casa feliz, ni da ni quita nada, sino que solamente impide producir las cosas buenas, sobre todo si él es contrario a estas por su naturaleza propia.

41 - Un planeta benéfico por naturaleza y por estado celeste pero en  casa infeliz (VI, VIII o XII ) suprime o suaviza los malos significados por ésta. Debe ser considerado como parcialmente infeliz la Casa VII en tanto que ella significa también lucha y enemistad.

42- Un planeta benéfico por naturaleza pero en mal estado celeste y presente en VIII o XII, o siendo señor de una de estas casas y estando situado corporalmente en la otra no impedirá ni las enfermedades más peligrosas  ni una muerte violenta.

43- Un planeta benéfico por naturaleza en estado celeste mediocre en la casa VIII o XII, no causa ni suprime los sucesos infelices que se relacionan con estas casas, pero atenúan solamente la cualidad y modera  la extensión.

44 - Un planeta maléfico por naturaleza en estado celeste favorable pero en casa infeliz, no suprime los males significados por esta casa; es decir, no impide que ellos se produzcan (a causa de su malignidad natural); pero él hace que el sujeto escape a ellos o él modera su intensidad (a causa de su estado celeste favorable).

Sin embargo, para que ello sea así, es necesario que este estado celeste favorable comprenda los aspectos felices de planetas benéficos; si él está constituido únicamente por la circunstancia de que el maléfico ocupe su propia casa celeste o su signo de exaltación, su potencia maléfica se encontrará, al contrario, intensificada.

45 - Un planeta maléfico por naturaleza, en estado celeste desfavorable y en casa astrológica infeliz favorece grandemente la realización de los males atribuidos a esta casa, los agrava y los hace concluir en una decadencia (o degeneración), una infamia o una violencia cualquiera.

46 - Un planeta maléfico por naturaleza, en estado celeste mediocre y en casa infeliz, no suprime los males significados por ésta, pero contribuye más bien a su realización con sus dones, sin embargo estos males serán menos graves que si su estado celeste fuese malo.

47 - Toda casa astrológica posee una significación esencial, más una significación accidental que se relaciona en realidad con la casa que le es opuesta.  Es necesario hacer esta distinción porque un planeta benéfico por naturaleza, en estado celeste favorable y en casa infeliz, disminuye por él mismo  lo que esta casa significa esencialmente de malo, pero favorece lo que ella significa accidentalmente de bueno.

Por el contrario, un planeta maléfico, cualquiera sea su estado celeste, anuncia (por su oposición) siempre impedimentos en cuanto a las significaciones accidentales, si ellas son felices, y realización si ellas son malas.

48 - Cuando un planeta domina en la casa en la cual él está corporalmente situado sus efectos adquieren mayor intensidad.

49 - Cuando un planeta domina en una casa astrológica distinta a la que él ocupa, las significaciones de estas dos casas se combinan; sin embargo, de acuerdo con la regla 28, la resultante de esta combinación inclina más hacia las significaciones ligadas a la casa ocupada por el   planeta.

50 - Además de la determinación del señor de su posición (o sea su dispositor), un planeta puede sufrir otra determinación hacia las analogías pertenecientes a un planeta distinto por el hecho de que él se encuentre en conjunción o en aspecto con éste otro.

51 - De igual modo, los aspectos que recibe un planeta pueden ejercer sobre éste una determinación complementaria hacia las significaciones pertenecientes al planeta de donde ellos proceden, en virtud de su posición o de su dominación en el tema.

52 - Un planeta está bajo una dependencia más estrecha de su maestro cuando él está en conjunción o en aspecto con él (y sobre todo si esta configuración sé halla próxima es decir aplicativa ) (Regla 24).

Cuando un planeta está en mal estado celeste o terrestre, pero su señor se halla en estado favorable, las cosas significadas por él irán mal al comienzo pero tomarán más tarde un giro favorable, Sobre todo si él se acerca (aplica) a un aspecto favorable de su señor.

Por el contrario, si él está en estado favorable pero su señor en estado desfavorable, el éxito o la bondad del comienzo se cambiarán en infortunio.

53 - Las reglas 35 a 47 y 49 a 51 se aplican igualmente al señor (regente) de una casa astrológica.

54 - Cuanto más planetas hay reunidos corporalmente en una casa, más presagia esta reunión alguna cosa extraordinaria para con las cosas significadas por esta casa.

55 - Cuando varios planetas ocupan una misma casa, ellos operan cada uno según su naturaleza y según sus otras determinaciones propias. Así pues, cada uno debe ser considerado primeramente según las reglas 22 a 53.

56 - La acción  más potente en el sentido de las significaciones de la casa donde se presentan, pertenece a aquel de estos planetas que es al mismo tiempo el señor de esta casa; después al que está al mismo tiempo en exaltación, y en tercer lugar al que posee la más grande analogía natural con las significaciones de dicha casa.

Cuando la dignidad y la analogía no corresponden a un mismo planeta, es necesario tomar conjuntamente en consideración los dos o tres planetas sobre los cuales estas condiciones se realizan separadamente.  El cuarto lugar en el orden de la potencia corresponde al planeta que se halla más próximo a la cúspide de la casa.

57 - Cuando entre varios planetas que ocupan una misma casa unos concuerdan por su analogía  con las significaciones asignadas a esta casa, en tanto que otros son contrarios, es necesario ver cuales son los más potentes. Si son los primeros, las cosas significadas se realizarán, si son los últimos, su realización será trabada o impedida.

58 - Cuando los planetas que ocupan una misma casa son todos benéficos, ellos presagian la realización del bien y liberan del mal significado por la casa; si ellos son todos maléficos, sucederá lo contrario, a menos que ellos no estuviesen en estado celeste favorable y que además se trate de una casa astrológica feliz.
Si unos son benéficos y otros maléficos, es necesario examinar con cuidado cual  de los dos es  el más potente y juzgar según la resultante de este antagonismo.

59 - Si en casa feliz, un planeta benéfico es seguido por otro benéfico (x) esta circunstancia presagia que el bien producido en las cosas significadas por la casa será estable. Si él es seguido de un maléfico, el bien adquirido se perderá.
(x) En el sentido del movimiento diurno el astro que precede es el más próximo a la cúspide y el que le sigue el más alejado.

Un benéfico seguido, en casa infeliz, por otro benéfico, indica que el mal significado por esta casa no se realizará o al menos tendrá lugar de   manera muy limitada.  Si este benéfico está seguido de un maléfico el mal significado por la casa se realizará con seguridad pero el sujeto escapará.

Pero si un maléfico está seguido de otro maléfico, los males producidos tendrán un carácter más grave y el sujeto no escapará en absoluto a ellos. Es necesario entender aquí benéfico y maléfico en el sentido expuesto en la regla 26.

60 - Cuando varios planetas se encuentran conjuntamente en una misma casa y su señor (dispositor) está situado en otra, son las cosas significadas por esta otra las que formarán el punto de partida de lo que el grupo de planetas producirá de bueno o de malo (ver regla 63).

61 - El señor de una casa astrológica situado en esa misma casa realiza de una manera notable las cosas buenas significadas por ésta, sobre todo si el posee una analogía natural con las significaciones en cuestión. Y si se trata de una casa infeliz, él liberará al sujeto de males significados por ésta (excepto de la muerte ciertamente, puesto que ella responde a una necesidad de la naturaleza).

También Saturno y Marte producen más a menudo estos efectos en casa VIII o XII, a menos de encontrarse en conexión con un maléfico o de estar en conjunción, en cuadratura u oposición con las luminarias o de afligir al señor del horóscopo.

62- Cuando el señor de una casa astrológica cualquiera está corporalmente en otra casa, las significaciones de las dos casas pueden combinarse; pero ellas no lo hacen necesariamente ni siempre. El planeta en cuestión sólo actuará ya en razón de su posición, ya en razón de una de sus dominaciones solamente, ya en razón de la otra, ya el combina los efectos que derivan de su posición con los de una o de la otra o a la vez de las dos determinaciones que él experimenta por el hecho de sus dominaciones.

Esta combinación se hace según las posibilidades que ofrecen las cosas significadas por las casas en cuestión.  Entre estas posibilidades son las que concuerdan más con la naturaleza, el estado celeste y las analogías del planeta que se presenta las que se realizan con preferencia.

63 - El señor de una casa situado corporalmente en otra indica que las cosas significadas por la primera vendrán a ser la causa o el punto de partida de la realización de las cosas significadas por la segunda (ver regla 60).

64 - Cuando el señor de la Casa I esta situado en otra casa, o el señor de una casa cualquiera está situado en I, habrá combinación de las significaciones asociadas a las casas en cuestión.

65 - El señor de I situado en otra casa de la figura indica que 1as inclinaciones y las tendencias intelectuales del sujeto van principalmente hacia las cosas significadas por esta casa.

66 - Aunque toda casa astrológica posee accidentalmente las significaciones pertenecientes esencialmente a la casa que le es opuesta, el señor de una casa únicamente tiene acción sobre las significaciones esenciales de su casa y no sobre las accidentales, a menos que se encuentre corporalmente en ésta o de gobernar al (ser el dispositor del) señor de la casa opuesta a la suya.

Estando situado en su propia casa, su acci6n sobre las significaciones accidentales de ésta será funesta (porque la casa opuesta que es el punto de partida de estas significaciones accidentales constituye entonces su lugar de exilio).

67- Un planeta situado en una casa astrológica cualquiera posee también una acción sobre las significaciones de las casas que forman un trígono con la primera.

68 - Un planeta señor de una casa astrológica y ocupando otra no obra solamente en razón de las significaciones de las casas ocupada y gobernada, sino también en razón de los planetas que ocupan las casas que él gobierna.

69 - El señor de I o de X en exilio o en caída, constituye una circunstancia particularmente nefasta.

70 - Cuando el señor de una casa cualquiera está situado en VIII, indica por este hecho que la muerte del sujeto será causada directamente por los seres o por las cosas significadas por la casa donde él domina.

71 - El señor de la casa VIII situado en otra casa cualquiera indica que la muerte del sujeto tendrá lugar a causa de los seres o de las cosas significadas por esta otra casa.

72 - Cuando un planeta gobierna varias casas sin ocupar ninguna corporalmente, el presagia la combinación de las diferentes significaciones asociadas a estas casas. Sin embargo, son las significaciones de la casa con las que tiene el planeta mayor analogía las que predominan.

73 - De dos o varios señores de una casa astrológica es necesario preferir aquél que gobierna la cúspide de la casa considerada.  Eso sobre todo si él posee una analogía natural con las significaciones de esta casa y si el está potente por su estado celeste.  Sin embargo  los otros señores no deben ser descuidados tampoco y si uno de los dos está más potente que el primero por el hecho de sus analogías naturales y de su estado celeste y terrestre, él pasa a tener importancia mayor que el primero.

74 - El señor de una casa astrológica tiene primacía en importancia sobre el planeta que allí esté exaltado. Sin embargo, en el juicio de las cosas significadas por esta casa, no es inútil considerar también al planeta que allí esté exaltado aún cuando él esté ausente.

75 -  La trigonocracia constituye también una determinante; sin embargo, es la más débil de todas (aún más débil que los aspectos).

76 - Por su Dominación, un planeta significa estabilidad de las cosas o cosas estables; por su Exaltación, cambios súbitos y muy notables; por su Trigonocracia, combinaciones y asociaciones.

77 - Los planetas cuando se encuentran diseminados en varias triplicidades dan aptitudes múltiples; reunidos en una misma triplicidad ellas confieren aptitudes limitadas en número pero muy remarcables en una cierta dirección.

78 - Las debilidades esenciales únicamente deberían ser consideradas como determinantes en tanto que el planeta que se presenta está en aspecto (ante todo maléfico) con la casa (o con los planetas  situados en la casa astrológica) que constituye su lugar de Exilio o de Caída. La determinación por el hecho de las debilidades esenciales tiene siempre un carácter funesto.

79 - La peregrinidad simplemente constituye un estado medio entre un estado celeste benéfico y un estado celeste maléfico.

80 - Los lugares del Primer Cielo donde tienen su extremo los arcos midiendo los aspectos están determinados hacia la naturaleza y la constitución accidental del planeta del cuál proceden los aspectos considerados. Los planetas obran así pues, por medio de sus aspectos.  Como por otra parte estos mismos lugares sufren la determinación local, es decir la que derivan de las casas astrológicas en las cuales caen los aspectos, resulta de ello que los planetas están "determinados por sus aspectos".

81 - El modo de operar de los planetas en razón de sus aspectos es frecuentemente más potente que la acción que ellos ejercen en razón de su dominación.  Todo planeta posee especialmente una influencia más eficaz sobre las cosas significadas por la casa opuesta a la que el ocupa corporalmente, que el señor de esta casa opuesta si este esta ausente o   bien si se encuentra débil o sin aspectos con ella.

Así, cuando el Horóscopo (ASC) está afligido por una cuadratura o una oposición de Saturno o de Marte, eso constituye una circunstancia más funesta que cuando el está sometido a su dominación.

82 - Todo planeta obra por sus aspectos: l) en razón de su naturaleza, 2) en razón de su estado celeste, 3) en razón de su estado terrestre, es decir, de su posición y la de sus casas celestes. Sin embargo, él no obra siempre simultáneamente en razón de los dos elementos que forman su estado terrestre, sino ora en razón de uno, ora del otro, ora en razón de los dos a la vez.

83 - Todo planeta formando a la vez aspectos de naturaleza diferente, ejerce por este hecho simultáneamente una acción benéfica y una acción maléfica.

84 - En las conjunciones, la cualidad de los efectos depende de la naturaleza benéfica o maléfica de los planetas que la forman, como así también de su estado celeste.

85 - Todo planeta ejerce una acción favorable por sus aspectos benéficos (que son en su orden de potencia, el trígono, el sextil y el semisextil ; una acción maligna por sus aspectos maléficos (la oposición, la cuadratura, el quincuncio).

86 - Los aspectos benéficos viniendo de un planeta por naturaleza benéfico produce sus efectos benéficos con facilidad y abundancia. Ellos realizan las cosas buenas significadas por las casas en las cuales caen e impiden producirse a las malas.

87 - Los aspectos maléficos viniendo de un planeta por naturaleza benéfico hacen surgir las dificultades, las trabas y las privaciones.

88 - Cuando un planeta por naturaleza benéfica se encuentra accidentalmente en mal estado celeste o terrestre, sus aspectos benéficos producirán poco bien, sus aspectos maléficos mucho mal.

89 - Los aspectos maléficos de un planeta maléfico por naturaleza, producirán un daño considerable en cuanto a las cosas significadas por las casas en las cuales ellos caen.

90 - El hecho de que un planeta por naturaleza maléfico se encuentre en mal estado celeste o terrestre, agrava los efectos nocivos de sus aspectos maléficos; por el contrario, su estado celeste favorable los mitiga.

91 - Por sus aspectos benéficos, un planeta por naturaleza maléfico, realiza un cierto éxito o felicidad a través de dificultades de mediana consideración; sin embargo, si el estado celeste o terrestre del planeta considerado es malo, aún sus aspectos benéficos perjudican grandemente.

92 - Cuando un planeta maléfico por naturaleza, en mal estado celeste, recibe un mal aspecto de otro planeta maléfico por naturaleza o por determinación, la malignidad de su acción se encuentra acrecentada; si es un aspecto favorable, proviniendo de un benéfico, ella es mitigada.

93 - Cuando un planeta benéfico por naturaleza, pero en estado celeste desfavorable, está infortunado por un aspecto maléfico, su acción deviene nociva.

94 - Un mismo aspecto formado por dos mismos planetas puede ser a la vez benéfico para una cosa y maléfico para otra.

95 - Dos planetas formando un aspecto entre ellos se determinan mutuamente hacia las significaciones de las casas que ellos ocupan. Por consiguiente, todo aspecto formado entre dos planetas tiene siempre una significación doble, según que se lo relacione con uno u otro de estos planetas (comparar con regla 106).

96 - Los efectos específicos producidos por un mismo aspecto formado por dos mismos planetas varían según los signos zodiacales en los que se hallan estos planetas y según las casas astrológicas que ellos ocupan.

97 - En la acción común de dos planetas en aspecto mutuo, el Sol prima sobre la Luna, la Luna sobre los otros planetas; los planetas superiores sobre los inferiores.  El planeta cuyo estado celeste es mejor o más potente  , prevalece sobre el otro.

98 - En los aspectos, la aproximación es más eficaz que la separación.

99 - Por consiguiente, de dos planetas que están a punto de formar un aspecto entre ellos, es el que se aproxima al otro, en virtud del movimiento aparente del zodiaco, el que obra más poderosamente sobre las significaciones del otro, que éste no lo hace sobre las significaciones de aquel.

100 - Si un aspecto benéfico que recibe un planeta es seguido inmediatamente por otro aspecto benéfico, el bien significado por el primero se realizará ciertamente y con facilidad; si él es seguido de un aspecto maléfico, el bien primero daará lugar a un mal.

101 Si un aspecto maléfico es seguido de otro maléfico, el mal significado se encontrará agravado y se realizará con certeza; si el es seguido de uno benéfico, el mal puede cambiar ulteriormente en bien.

102 - Para aplicar correctamente las dos reglas precedentes, es necesario sin embargo, tener en cuenta la potencia relativa de los dos aspectos que se suceden.

103 - Cuando un planeta o un lugar del cielo recibe simultáneamente dos o más aspectos, el más exacto es el que tiene preminencia sobre los otros.

104 - El orden natural de la potencia de los aspectos puede sufrir excepciones por el hecho de ciertas determinaciones particulares de los planetas de los cuales ellos proceden así como por el hecho del estado celeste o terrestre de éstos. (Ejemplos: un planeta señor del horóscopo y situado corporalmente en X, ejercerá por su cuadratura una acción más potente sobre las significaciones de la Casa I que por su oposición sobre las de la Casa IV. Un planeta obrara sobre un lugar del cielo más fuertemente por su cuadratura (por consiguiente en un sentido funesto) cuando el se encuentre en su exaltación que otro sobre el mismo lugar, por su trígono (por consiguiente favorable, aunque éste se encuentre en su caída).

105 - Cuando varios planetas envían aspectos a una misma casa, es aquel cuya naturaleza y determinaciones están más en armonía con las significaciones de esta casa o de quien las determinaciones son desde este punto de vista las más potentes, el que lleva la ventaja sobre los demás para la consideración de su aspecto.

106 - Cuando un planeta está situado fuera de su casa celeste, sus aspectos operan de una manera más marcada en el sentido de las significaciones de la casa astrológica que él ocupa, que en el que se relaciona con las casas donde él domina.

107 - Todo aspecto sufre, por el hecho de la casa en la cual cae, una determinación análoga a la que allí recibe un planeta.

108 - Es necesario observar siempre si las significaciones de la casa ocupada por el planeta del cual procede un aspecto dado, concuerdan con el bien o el mal significado por la casa en la cual cae el aspecto.

109 - En regla general, para conocer la potencia y la cualidad de los efectos que producirá un aspecto dado, se debe considerar no solamente su forma, el planeta y la casa de donde él viene sino también la posición (angular o no) y el carácter (feliz o infeliz) de la casa astrológica en la cual él termina, así como el signo en el cual él cae, en tanto que este signo puede constituir un lugar de Dignidad o de Debilidad para el planeta del cual procede el aspecto considerado.

Todas las otras cosas iguales, así pues, la circunstancia de que un aspecto caiga en una casa angular Allí acrecienta su eficacia. Terminando en casa infeliz su poder maléfico en esta casa está aumentado o su poder benéfico disminuido, según el caso; e inversamente, si el aspecto termina en casa feliz.

Cuando el aspecto considerado cae en un signo donde el planeta del cual él procede domina o está exaltado, su poder benéfica allí esta aumentado o su poder maléfico disminuido y lo contrario tiene lugar cuando él cae en un signo donde el planeta considerado está en Exilio o en Caída.

En particular, de ello resulta que:

110 Si un planeta maléfico domina en la casa en la cual cae uno de sus aspectos maléficos y que esta casa sea feliz, este mismo aspecto maléfico ejercerá un efecto más bien favorable, pero violento y seguido ulteriormente de una decadencia o de un infortunio cualquiera.

111 - Por el contrario, si un planeta domina en la casa en la cual cae uno de sus aspectos maléficos y que esta casa sea infeliz, el efecto producido tendrá un carácter extremadamente funesto.

112 - Un planeta solitario (feral), es decir, sin conexión con ningún otro por aspecto (fuerte) o por conjunción, presagia cualquier cosa de insólito o de extraordinario en relación a  las significaciones relacionadas con la casa que él ocupa.

Aclaremos que esta terminología (feral proviene de feralis ) se aplicaba antaño a los astros sin aspectos fuertes pues se afirmaba de ellos que se hallaban "solitarios como una fiera en el monte".

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