III
LA VIDA DE MORIN
Dr. Spicasc
Hoy más que
nunca, en las
vísperas de la Era de Acuario, es imprescindible que los astrólogos genuinos
vuelvan su vista a JEAN BAPTISTE MORIN DE VILLEFRANCHE y profundicen en sus
enseñanzas. Sin duda alguna en su obra principal, la ASTROLOGIA GALLICA, se
halla el germen del progreso futuro de nuestra Ciencia. En efecto, con la más
estricta justicia, podemos afirmar que MORIN fue no solo el más grande de los
astrólogos de Occidente sino que a el se debe la más grande y profunda
renovación conceptual que haya experimentado jamás la Astrología.
La vida de
Morin con el correr de los siglos se ha hecho leyenda.
Es a él quien
introduce a hurtadillas el Cardenal RICHELIEU en la alcoba de la reina para
asistir escondido al parto de quién sería luego el Rey Sol: Luis XIV. A tal nativo,
tal Astrólogo! Por supuesto
este ardid del Cardenal no tenía otro objetivo que lograr la mayor exactitud
posible en el tema natal del heredero de la corona de Francia. Pero vayamos a
los hechos astrológicos antes de recordar algunos incidentes biográficos
adicionales.
JEAN BAPTISTE
MORIN nace en Villefranche (en el Beaujolais) el 23 de Febrero de 1583 a las 8h
28 m 40s AM GMT (Vease nuestra rectificación de su tema natal que se incluye en esta página web).
Como el mismo
MORIN señala, el stellium en Casa XII de su tema natal necesariamente debía acarrearle miserias
y pruebas dolorosas, como en efecto ocurrió abrumadoramente en su existencia.
En la Astrología Gallica. MORIN establece también su tema primero empleando la
domificación de Regiomontanus y luego según el método de casas iguales para
demostrar la absoluta falsedad de este último procedimiento: el stellium en
cuestión caería entonces en Casa XI y los sinsabores, pesares y arteras
maniobras que debió padecer, se hubieran transformado de este modo en
satisfacciones personales por la profesión y los amigos y protectores poderosos, felicidad y bienestar para los padres,
riquezas para el nativo: todo esto fue
rotundamente desmentido por los hechos de su vida.
Cabe acotar
que resulta extraño que MORIN estableciera su propio tema con domificación de
REGIOMONTANUS y no lo modificara luego empleando el método de PLACIDUS, ya que éste último gozó de su
preferencia durante la mayor parte de su práctica astrológica. Por lo demás, el
propio MORIN interpreta su tema y revoluciones como cabía esperar de él, es decir magistralmente, en la
Astrología Gallica.
Jean HIÉROZ
(Jean Rozieres), el destacado astrólogo e ingeniero naval francés ya
desaparecido, publicó una traducción del latín al francés de la autobiografía
astrológica de MORIN con el título de "Ma vie devant les astres" (Ed.
Cahiers Astrologiques, Nice, 1943). En realidad se trata de un extracto de la
"Astrologia Gallica" que vale la pena consultar. Una traducción
castellana fue publicada por la revista española Mercurio-3.
El estudio de
la obra de Hiéroz (de la que hemos tomado valiosos datos para la presente
publicación) resultará valiosísimo para todos los astrólogos. No está demás
recordar que en la desaparecida revista Astrología se publicó en su Nro. 28 una
corta noticia biográfica sobre MORIN y que la misma publicación dedicó los
Nros. especiales 43 (redactado por Francisco Aguilar) y 68 (obra del presente
autor) a la Teoría de las Determinaciones Astrológicas. Queremos hoy ofrecer algo más profundo y completo
incluyendo - además de lo mejor de ese material - algunos datos biográficos
adicionales, una síntesis introductoria a la Teoría de las Determinaciones,
como también la traducción revisada de los aforismos de MORIN relativos a la interpretación de
temas natales y de revoluciones, direcciones, tránsitos y otros temas, todo ello material de inapreciable
valor para los astrólogos. Tambien incluyo sus invalorables Reglas de
Astrología Electiva junto con algunos ejemplos que estimé podrían resultar de
interés para los lectores. Estos aforismos han sido traducidos de la estupenda obras de J. HIÉROZ
"La Astrologie selon MORIN DE VILLEFRANCHE, quelques autres et moi -
même", (Omnium Litteraire, Paris, 1962) que confiemos vea pronto la luz en
edición castellana, lo mismo que el clásico tratado de SELVA "La Théorie
des Déterminations de Morin de Villefranche" (Ed. Traditionnelless, Paris,
1976, otra fuente muy valiosa que aquí hemos usado como fuente de información.
HIÉROZ complementa su obra mencionada en su segundo volumen "L'Astrologie
Mondiale et Météorologique de Morin de Villefranche", Ed. Leymarie, Paris,
1946.
Existen
además otras fuentes de enorme importancia. La primera de ellas es, desde
luego, la obra autografiada de Morin "Les Remarques Astrologiques ou le
Fanal de l'Astrologie" Retz, Paris, 1975 (Existe versión castellana
publicada por Ediciones Obelisco). Versiones en inglés del célebre Libro XXI de
la "Astrologia Gallica" existen al menos dos: la esmerada
"Astrosynthesis" de Zoltan Mason-Lucy Little, Emerald Books, 1974 y
la algo menos recomendable de Baldwyn.
Mencionemos
además que las grandes obras alemanas de Erich Carl Kühr "Psychologische
Horoskopdeutung", Segunda edición, R.Cerny, Wien, 1948-51 y de Sindbad(Friedrich Schwickert)-Weiss "Die Bausteine der Astrologie",
Tercera edición, O.W. Barth, München, 1950 se inspiran directa y explícitamente en Morin. De
la obra de Sindbad-Weiss existe una bien conocida versión castellana:
"Astrología Racional", Kier, Buenos Aires, 1965.
Retornando a
MORIN, diremos que ya a los doce años comienzan para él las pruebas severas
pues enferma
gravemente su padre de fiebres y muere su madre de parto, no sin antes negarle
ésta última al joven Jean Baptiste su bendición postrera y de desheredarlo por completo por una cuestión
futil.
De los 16 a
los 46 años, la vida de MORIN, según sus palabras, fue verdadera "esclavitud
permanente". Servirá en ese lapso a dieciseis amos sucesivos a quienes
por turno debe abandonar, no sin sufrir perjuicios por ello. A unos los deja
por no soportar la altanería de sus esposas (Venus y Luna en XII anuncian males
provenientes de mujeres). A los otros, los deja por circunstancias imprevisibles según sus
palabras (Urano en XI y regente de esta Casa, no podía dejar de ocasionar
bruscos cambios en su actividad profesional y aún en la actitud de sus amigos).
Esta esclavitud de treinta años no es más que la consecuencia de la acumulación
de planetas en ese "valle de miserias" que es la Casa XII,
para usar la exacta y amarga expresión de MORIN mismo.
Como Morin
observa, no es extraño que algunos de sus patronos fueran plebeyos (notarios,
procuradores y escribanos) debido a Luna y Saturno. Otros eran de condición
media (funcionarios, abates y obispos) gracias a Júpiter. Otros, en fin y
gracias al Sol, eran grandes del Reino, como el Duque de Effiat y el Duque de
Luxemburgo, como también el Duque de Desdiguieres, al cual MORIN salvó la vida
como médico ( el gran astrólogo se
había doctorado en la Universidad de Aviñón en el año 1613). La "formidable
ingratitud" de este último obliga a MORIN a abandonarlo no sin antes predecir su muerte en el
término de dos años, cosa que se cumplió con la mayor exactitud.
De 1614 a
1621 Morin fue empleado por el Obispo de Bologne, Claude Dormy, residente en
París como médico y servidor, y enviado luego a Alemania, Hungria y
Transilvania. Al parecer su tarea consistió en visitar minas y hacer estudios
sobre metales. Sin embargo el principal servicio prestado al Obispo fue
empleando su talento astrológico. Precisamente el ya mencionado Claude Dormy es quién en 1614 lo introduce
en nuestra Ciencia.
Su siguiente
empleador fue el Duque de Luxemburgo con quien permaneció hasta 1629. Durante
ese período Morin publicó una defensa de Aristóteles (1624) y se ocupó de
estudios en óptica. Sin descuidar la Astrología colaboró con Gassendi en
observaciones astronómicas.
Buen parte de
las desgracias de MORIN, como el mismo lo confiesa, tuvieron origen en su
carácter vengativo y pendenciero y en su temperamento lujurioso. Que estas
palabras no valgan empero para rebajar siquiera en un ápice la figura del insigne Doctor y Maestro,
Profesor de Astrología, Matemática y Medicina en el College de France,
polígrafo insigne y filósofo eminente. Por el contrario, deben servirnos para
apreciar aún más su objetividad científica, la que no vacilaba aún en declarar
las propias flaquezas.
El más somero
análisis de su tema natal revela el porqué de estas características.
El mismo
MORIN lo explica claramente al señalar la presencia en XII de Luna y Venus,
regente y corregente de I. Los peligros que esto le acarrea en forma continuada
durante casi todos los años a partir de su adolescencia fueron sorteados
gracias a varios factores de los cuales el más importante fueron Venus y
Júpiter presentes (y regentes) en XII garantizando así el triunfo sobre los
enemigos arteros. A pesar de los hechos mencionados, MORIN señala haber sido
siempre hombre ardientemente religioso y expresa que "solo la Bondad de
la Providencia pudo salvarlo de tantas acechanzas". Que los riesgos
fueron graves nos lo confirma además Plutón, regente de Escorpio (interceptado
en VII) presente en XII y en cuadratura a su dispositor Marte (en caída) . A
las amenazas de encarcelamiento y emboscadas sucedieron los odios de sus
patronos, entre ellos un Cardenal y un Duque Mariscal de Francia y se sumaron
la pobreza, enfermedades, perjuicios variados, infortunios y peligros mortales
múltiples. Todo esto fue particularmente notable de los 21 a los 37 años de
edad.
Es
precisamente en relación a estos hechos, que MORIN afirma categóricamente que
sólo un astrólogo que fuera débil mental podría
pretender, sosteniendo la domificación en "casas iguales", que
benéficos y luminarias presentes en XI habrían de producir en su caso tantos y
tan graves males. Y así como golpea con porra de hierro al absurdo "modus
aequalis", munido de su lógica implacable y de su talento genialmente
creativo (Mercurio conjunción Urano en Acuario en XI sextil ASC), así también
destruye los absurdos de los domificadores según el modo de CAMPANUS, cuyas
pretensiones fulmina de la manera más lúcida.
En efecto,
según CAMPANUS, su Casa IX caería en Capricornio y esto le hubiera conducido al frío
escepticismo de Saturno, su regente y no a la fervorosa actitud religiosa
propia de Júpiter ya mencionada y que le acompañó toda su vida. Incluso
Escorpio, de seguir a CAMPANUS, hubiera dejado de estar interceptado en VII y
ello hubiera alejado del tan ilustre nativo buena parte de los riesgos mortales
que le acecharon en sus días. Incluso añade MORIN a otras
razones un argumento que hará reflexionar a más de un astrólogo: "En
fin (en domificación de Regiomontanus y explicando su adhesión
a la religión) las cúspides
de I y IX se hallan en trígono partil". La sorpresa reside aquí obviamente, en ver considerar a las
cúspides como factores activos del tema. Quede esto para la polémica y, sobre
todo, para la observación juiciosa y metódica de los hechos.
Aún cuando no
es su mayor mérito, uno de los más considerables logros de MORIN fue el tratar
a los restos deformes de una venerable Tradición Astrológica que el
recibiera exactamante en la forma que correspondía, separando con tanto genio
como minuciosidad el grano de la paja. Los excesos fantasistas de los árabes
habían desembocado en el Medioevo europeo con una Astrología grotescamente
"enriquecida" de cuanto elemento imaginario se hubiera uno podido
imaginar. Problema este que tenemos que enfrentar de nuevo en
nuestros tiempos. En los albores de Acuario hay que comenzar a depurar la
Astrología de innumerables tonterías que le han adosado algunos que quieren
hacerse famosos de la noche a la mañana...
El gran MORIN
no pierde la calma por ello y no conforme con realizar la tarea ciclópea de
restituir en lo posible la Tradición original en toda su pureza la enriquece
con sus concepciones en forma tan portentosa que frente a su labor de orfebre
prodigioso tiene plena vigencia la afirmación de autoridades de la talla de Sindbad (Cap. Friedrich Schwickert) y del Dr. Adolfo WEISS, para quién a su lado
la obra de otros astrólogos no es más que tarea de empedrador.
Que en
nuestros días se desconozca aún la labor inmensa de más de un astrólogo
contemporáneo es cosa
comprensible (pero no justificable) pues son de todos conocidas tanto la inercia perezosa de la mente humana como
la soberbia y la envidia... Pero a
los cuatro siglos ya cumplidos del nacimiento de MORIN, es una vergüenza (que a todos los astrológos
nos alcanza) el silencio y el desconocimiento que pesan sobre su obra. Esta ha
sido rescatada de un olvido casi total por algunos pocos hombres de talento que
ya he mencionado antes. Si a esto se suma el proliferar de las recetas y otras
tonterías, no es de extrañar que la Astrología aún golpee en las puertas de las
Universidades que debió abandonar tras el infausto decreto de Luis XIV,
instigado por Colbert (1666). Que nadie dude que pronto se reabrirán estas
puertas siguiendo el ejemplo de Oxford (Ingrid Lind) y de Clermont - Ferrand
(Gauquelin) y en esa futuro que nos aguarda y que entre todos debemos preparar
ya no habrá lugar para tonterías, supersticiones y... otras cosas muy
indeseables.
He aquí como
MORIN plantea algunas cuestiones de importancia esencial en la interpretación.
Hablando de la combustión no vacila en contradecir de lleno a quienes pretenden
que un planeta combusto carece de acción eficaz en este mundo sublunar. Por el
contario, afirma, yo tengo Venus y Mercurio combustos al igual que el regente
de este último, Saturno lo mismo que Júpiter y por cierto que cada uno de ellos ha obrado con plena eficacia.
A
continuación enumera Morin prolijamente la multitud de razones de peso que
avalan su afirmación en el característico estilo discursivo de la Astrología Gallica. Claramente moldeada en
los cánones de la filosofía escolástica esta, su obra maestra, sigue un modelo
racional-deductivo a partir de un sistema de axiomas y postulados que luego
revistaremos brevemente. (Tal vez pronto algún editor con visión de futuro
quiera poner al alcance de todos este libro inmenso del pasado). La conclusión
se impone irrebatible a la luz de los hechos de su vida: los planetas combustos
no están privados de su fuerza propia al menos en sentido influencial, es decir
lo que resulta de la determinación por casas en el tema radical. Nadie mejor
que Morin con su talento genial y cuatro astros combustos en el rádix, para
juzgar al respecto. En efecto, Mercurio le da clarísima inteligencia, reflejada
en sus obras (ayudado claro está por la conjunción con Urano en el signo de
este último). Venus combusto lo lleva a cien lances amorosos que le acarrean
otras tantas desgracias; incluyendo dos puñaladas en 1605, las que por muy poco
no acaban con su vida.
Llega en fín
la gloria. No sin esfuerzos de su parte le es concedida la dignidad de Profesor
Real de Matemática gracias al apoyo de la Reina Madre María de Médicis. En este
cargo se desempeñó hasta su muerte. Además recibió la suma de 4.000 libras provenientes de dos mecenas
para editar sus obras.
Tras muchas
luchas contra sus enemigos consiguió Morin imponer uno de sus grandes
descubrimientos, el de medición de longitudes geográficas empleando técnicas
astronómicas. Esto le valió un premio y una pensión pero debió aguardar hasta
despues de la muerte de Richelieu. El siniestro Cardenal, distanciado de Morin, hizo en vida cuanto pudo
para privarlo de un honor tan merecido.
La fama y el
renombre de MORIN llegaron así finalmente a toda Europa. No obstante, sigue padeciendo sus infortunios
provenientes de la XII radical y es por ello que afirma que el peso relativo en la vida de una casa ocupada por
varios planetas es netamente mayor que el de las restantes. Lo esencial es, apunta MORIN, tener en cuenta los
astros de un stellium que se hallen en dignidades o en analogía natural con la casa que ocupan. Estos tendrán un peso mayor
que los demás ocupantes y darán la tónica en cuanto a la evolución de los
asuntos significados por esa casa.
He aquí entre líneas la doctrina de la dignificación accidental de
BAILEY! Y, como sucede con esto tambien hay que remontarse
a MORIN para hallar el auténtico descubridor de las casas derivadas (conocidas
en germen ya por los árabes), del significado de la superposición de las casas
de revolución a las casas radicales, del poder de realización de los paralelos
de declinación cuando los astros intervinientes en un aspecto tienen igual declinación con igual signo. MORIN insistía en medir los aspectos sobre el
círculo máximo que une a ambos astros y no meramente sobre la eclíptica,
enseñanza útil que por trabajosa fue dejada de lado. Así se perdió la
oportunidad de controlar en las direcciones eficaces el carácter de la
vinculación radical de los astros intervinientes. Señalemos que el programa
astrológico Prima de Vladimir Bogdanov dá oportunidad de controlar estos
aspectos y analizar otros múltiples datos de interés (en particular los antiscios) con la mayor sencillez.
Llaman la
atención, las observaciones precisas que efectúa MORIN sobre la acción de
planetas en materias significadas por la casa opuesta a la que ocupan
físicamente (determinación por polaridad u oposición): si un planeta se halla
en dignidad (domicilio, exaltación) en una casa actuará siempre desfavorablemente en relación a la casa opuesta. Es menester remitir aquí a nuestros escritos
sobre el Kybalion.
Así, el mismo
Morin con Júpiter en su trono y Venus en su exaltación, ambos en XII, si bien
estos lo protegieron contra numerosos enemigos ocultos y enfermedades, le
acarrearon un sinfín de problemas con sus servidores, a los que debía cambiar
casi cada mes.
Remito a
quien se interese en mayores detalles respecto de la vida de Morin a la ya citada
publicación de HIÉROZ "Ma vie devant les astres". Quiero,
no obstante, recordar aquí dos anécdotas del egregio Astrólogo, Primero, el hecho que le dio renombre ante los ojos
del todopoderoso Cardenal Richelieu, quién luego lo llamaría a su servicio como
astrólogo personal por esta causa. El Duque Henry d'Effiat, favorito de Luis
XIII, consultó a MORIN sobre su destino. Este mal impresionado por la altanería
del Duque no vacila en anunciarle muerte violenta y deshonrosa.
Esto pese,
como bien señalan Sindbad-Weiss, a que el noble señor tenía en su casa VIII a
Júpiter, Sol y Marte que bien podrían tentar a un novato a predecir muerte
heroica en la guerra. Cuando d'Effiat refiere este augurio con olímpico
desprecio en un banquete, todos rien a carcajadas menos Richelieu, severo y
calmo como siempre.
Tres años más
tarde acaecen los hechos tal como MORIN los había predicho. Richelieu recuerda
a MORIN y contrata sus servicios. La historia, sin embargo, es más complicada
en realidad: a espaldas del Rey, el Cardenal mismo manda decapitar a d'Effiat y
a de Thou por conspirar contra él (año 1643). Pero como MORIN nada sabía aún de
los manejos del astuto Cardenal el mérito de tan sorprendente predicción le pertenece por entero.
Alrededor de
1638 MORIN sostuvo una polémica con Descartes, criticando violentamente a la
filosofía de este último. Desde luego esto le valió una nueva cuota de
enemistades y un alejamiento de ciertos círculos académicos.
Muere en fin
MORIN como un auténtico gran Astrólogo, el 6 de Noviembre de 1656 a las 2hs.
a.m. Quince días antes y estando aun sano una quiromántica le anuncia su muerte
y él, sin inmutarse y como único comentario, le responde que eso ya lo sabe
bien y que el mes siguiente le será fatal sin remedio. Nueve días más tarde la fiebre lo
devora. Los médicos desesperan por salvarle, mientras MORIN sonriente les ruega
que no se afanen pues él ya ha leído su muerte en los
astros... Era imposible parar el golpe y MORIN lo sabía! Incluímos para su
análisis las revoluciones solar y lunar correspondientes a su muerte acaecida
en París.
Mencionemos
aquí finalmente que actualmente una plaza en Paris lleva el nombre del tan ilustre MORIN
en el 12e. Arrondissement. Un bien merecido homenaje al que sin duda deberían
sumarse otros.